Growth hacking es una técnica de marketing utilizada inicialmente por emprendimientos tecnológicos y que se basa en la creatividad, el pensamiento analítico y métricas sociales para hacer crecer un negocio.
El término fue acuñado por Sean Ellis y responde a la combinación de las palabras crecimiento (growth) y truco (hack). Así, en criollo, podemos definir el growth hacking como "trucos para hacer crecer" una empresa.
La diferencia con el marketing tradicional radica en que el growth hacking no se limita a los canales de mercadeo para promocionar un producto/servicio, sino que abre un espectro mucho más amplio de posibilidades, dentro y fuera de una organización, para promocionarse y ganar clientes.
El ejemplo más utilizado para explicar esta técnica lo encontramos en Hotmail.com, el famoso servicio de correos electrónicos gratuitos actualmente manejado por Microsoft. Sus fundadores, ante la encrucijada de cómo invertir el primer capital que levantaron, optaron no dedicarle ni un centavo a publicidad y, en lugar de ello, simplemente colocaron un enlace al final de cada correo invitando a inscribirse gratuitamente al servicio.
De manera genial, convirtieron el producto en su propia máquina de mercadeo pues, cada nuevo usuario atraería potencialmente más usuarios, consiguiendo nuevos inscritos y creciendo el negocio sin la necesidad de invertir dinero en anuncios publicitarios.
Corre el año 2014 y el Growth Hacking dejó de ser una técnica usada por un pequeño grupo de startups tecnológicos en Silicon Valley y sus prácticas se han democratizado al punto de poder ser utilizadas, no sólo en el mundo de la tecnología, sino en cualquier negocio que verdaderamente tenga la voluntad de crecer.
Siguiendo una estructura sencilla y contando con la metodología correcta, cualquier empresa u organización puede valerse de estos "trucos" para aumentar sus ventas, generar más tráfico a una página web, mejorar el porcentaje de conversión de sus leads o prospectos y cualquier otra meta que se proponga.
El growth hacking no es simplemente mercadeo. Comienza mejorando el producto hasta que sea lo suficientemente bueno como para que nuestros propios clientes sientan la necesidad de recomendarlo. Incentivando esas recomendaciones podemos "viralizar" nuestro mercadeo, adquiriendo cada vez más clientes, de manera exponencial.
Las tecnologías han cambiado, el mundo cambió y nuestros clientes también cambiaron. Sería ilógico seguir utilizando las mismas técnicas y filosofía para mercadear nuestros negocios. La próxima vez que te sientas tentad@ a invertir dinero en publicidad para conseguir más clientes, recuerda que existe una solución permanente a este problema: el growth hacking.
David Ioli
El término fue acuñado por Sean Ellis y responde a la combinación de las palabras crecimiento (growth) y truco (hack). Así, en criollo, podemos definir el growth hacking como "trucos para hacer crecer" una empresa.
La diferencia con el marketing tradicional radica en que el growth hacking no se limita a los canales de mercadeo para promocionar un producto/servicio, sino que abre un espectro mucho más amplio de posibilidades, dentro y fuera de una organización, para promocionarse y ganar clientes.
El ejemplo más utilizado para explicar esta técnica lo encontramos en Hotmail.com, el famoso servicio de correos electrónicos gratuitos actualmente manejado por Microsoft. Sus fundadores, ante la encrucijada de cómo invertir el primer capital que levantaron, optaron no dedicarle ni un centavo a publicidad y, en lugar de ello, simplemente colocaron un enlace al final de cada correo invitando a inscribirse gratuitamente al servicio.
De manera genial, convirtieron el producto en su propia máquina de mercadeo pues, cada nuevo usuario atraería potencialmente más usuarios, consiguiendo nuevos inscritos y creciendo el negocio sin la necesidad de invertir dinero en anuncios publicitarios.
Corre el año 2014 y el Growth Hacking dejó de ser una técnica usada por un pequeño grupo de startups tecnológicos en Silicon Valley y sus prácticas se han democratizado al punto de poder ser utilizadas, no sólo en el mundo de la tecnología, sino en cualquier negocio que verdaderamente tenga la voluntad de crecer.
Siguiendo una estructura sencilla y contando con la metodología correcta, cualquier empresa u organización puede valerse de estos "trucos" para aumentar sus ventas, generar más tráfico a una página web, mejorar el porcentaje de conversión de sus leads o prospectos y cualquier otra meta que se proponga.
El growth hacking no es simplemente mercadeo. Comienza mejorando el producto hasta que sea lo suficientemente bueno como para que nuestros propios clientes sientan la necesidad de recomendarlo. Incentivando esas recomendaciones podemos "viralizar" nuestro mercadeo, adquiriendo cada vez más clientes, de manera exponencial.
Las tecnologías han cambiado, el mundo cambió y nuestros clientes también cambiaron. Sería ilógico seguir utilizando las mismas técnicas y filosofía para mercadear nuestros negocios. La próxima vez que te sientas tentad@ a invertir dinero en publicidad para conseguir más clientes, recuerda que existe una solución permanente a este problema: el growth hacking.
David Ioli